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La exuberancia de la clandestinidad:
el movimiento Drag en Caracas.
Entre luces tenues y canciones de karaoke y de culto, una Caracas bajo la superficie se desarrolla entre capas de colores, maquillaje y escarcha, volviendo a la vida por la gracia de lo extravagante, exótico y el ensueño que la cultura drag brinda a la ciudad.
La Caracas que se desenvuelve en la noche creando fantasías al ritmo de canciones es una que siempre se ha mantenido viva, entre las dificultades y la opresión de ser una ilusión onírica que viajó desde el dramatismo del siglo XIX con el cabaré y el burlesque a la Caracas del siglo XXI, que, reprimida, encuentra su libertad copiando la estética del Miss Venezuela y creando una propia, la del drag venezolano.
Los outsiders de la sociedad encuentran su lugar en clubes que de día se presentan como oficinas y de noche se llenan de luces y colores para dar la bienvenida al refugio temporal de una ciudad hostil, permitiendo la extravagancia de personalidades creadas y el glamour y el sueño que solo la noche otorga.
Sin embargo, la necesidad de expresarse supera las dificultades, y un movimiento clandestino que podría parecer apagado logra encenderse entre la exuberancia y el glamour que el drag representa, que da la libertad a aquellos que, tras el maquillaje, cobran vida sobre una tarima y un par de tacones, que, sin parecerlo, son un elemento de poder que mantiene vivo al drag de Caracas.
The Exuberance of the Underground:
the Drag Movement in Caracas
Amid dim lights and karaoke and cult songs, a Caracas beneath the surface unfolds amidst layers of colors, makeup, and glitter, coming to life by the grace of the extravagant, exotic, and dreamlike essence that drag culture brings to the city.
The Caracas that thrives at night, creating fantasies to the rhythm of songs, has always remained alive, amid the difficulties and oppression of being a dreamlike illusion that traveled from the drama of the 19th century cabaret and burlesque to the Caracas of the 21st century, which, repressed, finds its freedom by emulating the aesthetics of Miss Venezuela and creating its own, that of Venezuelan drag.
The outsiders of society find their place in clubs that by day present themselves as offices and by night fill with lights and colors to welcome the temporary refuge of a hostile city, allowing the extravagance of created personalities and the glamour and dream that only the night bestows.
However, the need to express oneself surpasses the difficulties, and a clandestine movement that might seem subdued manages to ignite amidst the exuberance and glamour that drag represents, granting freedom to those who, behind the makeup, come to life on a stage and a pair of heels, which, seemingly, are a powerful element that keeps Caracas drag alive.